Existe un gran debate sobre el uso y colocación de las fundas nórdicas. Las fundas nórdicas son las prendas textiles para la cama que cumplen varias funciones. Por un lado, el relleno abriga y da calor como una manta y por otro, la funda hace la función decorativa, como una colcha.
El principal debate de las fundas nórdicas es la utilización o no de la sábana encimera. Culturalmente en España está muy arraigado el uso del juego de sábanas, compuesto por la bajera, encimera y almohadas. Con la irrupción de las fundas nórdicas, se cambia dicho juego por la compuesta por la funda nórdica, sábana bajera y almohada, que es la composición general de los típicos juegos de fundas nórdicas. De ahí que existan los partidarios de usar sábana encimera y los que no la usan. Por definición, no haría falta dicha prenda, pero todo es cuestión de gustos y de la comodidad que encuentre cada persona.
Dado que sustituye la función de la sábana encimera, el mantenimiento de una funda nórdica es similar al de las sábanas. Lo aconsejable es cambiar cada 7 o 10 días el juego de funda nórdica entero.
A la hora de colocar la funda nórdica, existen varias particularidades. Las fundas nórdicas tienen una apertura por las que se introduce el relleno nórdico. Dicha apertura debe quedar a los pies de la cama. Las almohadas, que forman parte del juego completo, deben quedar visibles por encima del nórdico.
Introducir el relleno en la funda es para muchas personas una tarea complicada, ya que es difícil manejar el relleno y moverlo una vez esté dentro de la funda. Un truco es dar la vuelta a la funda nórdica, coger las esquinas contrarias a la apertura de la funda y agarrar las esquinas del relleno. Una vez que tengas cogida ambas prendas y sin soltarlas, sólo tendrás que envolver de forma más sencilla el relleno con la funda.
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