El uniforme ha pasado de ser simplemente ropa de trabajo a ser parte de la imagen corporativa y la estrategia de una empresa. El uniforme es una herramienta de comunicación de la empresa. Por eso elegir un uniforme de trabajo no es fácil. Debe transmitir sensaciones y valores que la empresa a la que representa quiera transmitir. Los uniformes no es algo que pase desapercibido. Cuando vemos una persona por la calle vestida con un uniforme nos provoca una reacción. Sea cual sea siempre pasa. El uniforme tiene y transmite personalidad propia.
Quien viste un uniforme deja de ser individuo y se convierte en parte de un grupo. El uniforme ayuda a codificar y a diferenciar a distintos colectivos de un vistazo.
Durante los últimos años la introducción de los diseñadores en la ropa laboral se ha ido generalizando durante los últimos años y hoy en día es fácil encontrar la firma de un gran modisto tras un delantal.
La fusión de la moda y los uniformes es algo ya inevitable e imprescindible aplicando cada vez más tejidos técnicos: transpirables, anti-manchas, antibacterianos e incluso ignífugos y utilizando una gran gama de colores y cortes para cada diseño. ¿Podemos llegar a contagiarnos de la personalidad que desprenden?