La alfombra roja es uno de los sitios que más miradas atraen en cualquier evento. Famosos, políticos y personalidades, caminan paso a paso según el camino marcado con este color. Saben que son el eje sobre el que gira el evento y, lo son, porque pasean por esta alfombra. Pero, ¿de donde viene esta tradición?
La primera referencia que existe la econtramos en la Grecia del siglo V a.C. En la trajedia Agamenon, del poeta clásico Esquilo. En este texto, el héroe griego camina por una alfombra a su regreso de Troya. No se sabe con certeza de qué color era la alfombra. Algunos opinan que era púpura, color asociado con la realeza y el poder político -cabe recordar que una túnica morada en la antigua Roma significaba que era el emperador-. Otros, por el contrario, creen que simplemente era un camino de flores rojas.
Pero tenemos que avanzar bastante tiempo hasta llegar a la segunda ocasión en la que vemos este «protocolo». Fue en Estados Unidos, en el año 1821, cuando el presidente James Monroe paseó sobre una alfonbra roja en su visita a las plantaciones sureñas. Las autoridades de Georgetown, en Carolina del Sur, extendieron la alfombra siguiendo el cauce el río.
Ya en el siglo XX, la compañía New York Central Railroad guió a todos los pasajeros al tren señalando el camino a seguir con una alfombra roja. El 20th Century Limited, que partía desde Grand Central Station, era un tren conocido por su exclusividad. Poco tiempo después, la inauguración del Egyptian Theatre desplegó también una para recibir a todos los visitantes que acudieron a su inauguración.
Ahora, es difícil encontrar un evento en el que no haya una alfombra roja para recibir a sus invitados. Se ha convertido en una señal de respeto y de deferencia hacia los asistentes, incluso a nivel político.
En algunas ocasiones, la alfombra puede cambiar su color como, por ejemplo, en los Premios Príncipe de Asturias, los galardones más importantes de nuestro país. En este evento, la alfombra es azul, color principal del Principado de Asturias.
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