Desde los albores de la historia, el ser humano ha precisado de materias primas que el entorno le ofrecía para cubrirse mientras descansa, especialmente en época de frio ya que la temperatura corporal desciende durante la fase de sueño. Se inició con pieles y pelajes de animales para pasar a sedas, cáñamos o algodones. Desde Textiles Pastor vamos a profundizar algo más en su historia.
Su uso deriva de la tradición escandinava en la que los pueblos del norte fueron los encargados de inaugurar el uso de este tipo de ropa de cama debido al clima frio que reina en dichas zonas. Fueron la única prenda que recubría las camas de habitantes norteños consistiendo en una especie de saco relleno de plumas de pato, descubriendo que la calidez y aislamiento que aportaban era superior a las pieles. Y es que el pato utiliza su plumaje para mantener el calor interno además de proteger de la humedad.
En el próximo artículo seguiremos hablando de este tema. ¡Os esperamos!