Algunas manchas pueden dar verdaderos dolores de cabeza a la hora de acabar con ellas. No sólo porque lo que cuesta eliminarlas, sino porque cuando parece que ya hemos acabado con ella, se seca y queda el cerco. Por eso, hoy os queremos recopilar en este primer post, los remedios populares que nuestros abuelos guardan en los pueblos de España. ¿Como lo hacían? Aquí va:
- Mora. «La mancha de mora con otra mora (verde) se quita», dice el refrán. Y la verdad es que funciona. Pero si la mancha es grande y no quieres restregar o no tienes una morera cerca para coger una verde, puedes también quitarla con leche y limón. En un vaso de leche, vierte el zumo de medio limón y sumerge la mancha.
- Vino. Hay quien ha querido imitar el refrán de la mora e intentar quitarlo con vino blanco. El problema es que el vino blanco no es totalmente transparente y dejará marca. Para esta mancha hay varios trucos, atento:
- Sal: cubrir la mancha con sal. Los que lo han probado dicen que desaparece milagrosamente. No lo sabemos a ciencia cierta, pero la sal absorberá el vino por lo que por lo menos limpiarás menos líquido.
- Leche: este sí está comprobado. Se trata de sumergir la prenda en leche. Si es localizada, puedes utiliza un bol y meter solo la parte manchada.
- Tomate. En este caso, el bicarbonato de sodio es tu gran aliado. Haz una pasta con bicarbonato, sal y agua y frote suavemente en la mancha. Una vez que vea que la mancha desaparece, lave la prenda de forma habitual.
- Tinta de bolígrafo. Para quitar la mancha, pon un paño debajo de la zona para que no se transfiera la mancha y echa un poco de quitaesmalte o alcohol. Frotando con otro paño verás cómo la mancha ira desapareciendo. Después, lava la prenda normalmente.
- Aceite. (En ropa blanca) Echa agua oxigenada (que quede bien empapada) y a continuación echa bicarbonato y frota un poco. Y después, a la lavadora.