Seguro que en algún momento de tu vida has visto el tul, en obras de teatro, disfraces, velos de novia. Este tipo de tejido es muy utilizado por su sencillez y versatilidad. El nombre de la tela viene de la región francesa de Tulle, en la que se fabricó en el siglo XIX de forma totalmente artesanal mediante la técnica de bolillos.
Su fabricación se extendió a otros países europeos. El inglés John Heathcoat patentó una nueva máquina que producía un tul de gran calidad. Ello facilitó que pudiera emplearse como tejido para confeccionar vestidos enteros. Tuvo tanto éxito, que pronto las mujeres de la alta sociedad llevaron vestidos de tul mecánico.
Con los años, el tul alcanzó gran popularidad, y con él se confeccionaron todo tipo de prendas y accesorios, como sombreros, velos, delantales, chales, sombrillas, guantes y abanicos. El tul se fabrica a partir de diferentes materiales: principalmente el algodón, la seda, la poliamida y el poliéster.
Originalmente el tul se tejía en telares y con el tiempo, estos fueron sustituidos por las máquinas. Hoy en día, el tul se produce, sobre todo, en las llamadas máquinas Rachel con ayuda de agujas en forma de gancho que forman mallas como forma básica.